Shakira llegó a un acuerdo con los fiscales españoles para resolver un caso de fraude fiscal, justo cuando su juicio estaba a punto de comenzar.
Aceptó pagar una multa de 7,3 millones de euros (US$8 millones), evitando ser declarada culpable y que la encarcelaran durante ocho años, además la multa era de 23,8 millones de euros (US$26 millones), según pedían los fiscales.
Shakira aceptó una pena de tres años de cárcel que no cumplirá, pagando otros 432.000 euros adicionales (US$472.000) para evitar la prisión.